lunes, 27 de mayo de 2013

Jacques Lacan. "tyche y automaton", versión STAFERLA




Clase 5. Seminario XI.
"Tyche y automaton."
Jacques Lacan
12 de Febrero de 1964


versión STAFERLA
traducción nuestra.

Voy a proseguir hoy, si puedo,
el enunciado de lo que atañe (regar-de) al  concepto  de repetición,
tal como nos es presentificado por la indicación
de Freud y por la experiencia del psicoanálisis.

Lo que me propongo acentuar, es que el psicoanálisis,
está mandado a hacer, a primera vista, para llevarnos
hacia un idealismo...
         y Dios sabe que es lo que se le ha reprochado:
         de "reducir la experiencia", dicen quienes
         nos solicitan encontrar en los duros apoyos
         del conflicto, de la lucha, hasta de "la explotación del 
        hombre por el hombre", las razones de nuestras deficiencias;
... que la experiencia esté ella, dirigida hacia no se 
cuál ontología de "tendencias",  todas primitivas, todas
internas, todas dadas ya por la condición del sujeto.

Basta remitirse, desde sus primeros pasos,
al trazado de esta experiencia, para ver que por el contrario,
nada en ella hay que nos permita conformarnos con
el aforismo que se expresaría como "la vida es sueño".


Nada está más centrado, orientado hacia lo que
en el corazón de nuestra experiencia, es el núcleo de lo real.


¿dónde encontramos ese real?

Es en efecto, de la estructura de este encuentro,
de la función nodal, de la función repetitiva de un encuentro esencial....
               de una cita a la cual estamos siempre llamados con un real que se oculta....
.... de lo que se trata en todo lo que el psicoanálisis ha descubierto.


Y es por eso que he puesto en el tablero
algunas palabras que nos sirven de puntos
de referencia para lo que queremos avanzar hoy.

En primer lugar, τύχη [ tyché ]tomada....
           como les dije la vez pasada
...del vocabulario de Aristóteles en su investigación de la causa:
          -  Lo real está más allá del  αύτόματον [ automaton ],del retorno,
             del regreso, de la insistencia de los signos,
          -  eso en lo que nos vemos sometidos por el principio del placer,
... es eso que yace siempre detrás (del automaton) y de lo que, es tan evidente
en toda la investigación de Freud, que está ahí
lo que es de su preocupación.

Recuerden el desarrollo de El hombre de los lobos,
tan central para nosotros, para comprender cuál es
la verdadera preocupación de Freud a medida y en
la medida misma en que se le revela más para él,
la función del fantasma: él prosigue, se empeña...
          y esto de una manera casi con angustia,
... en preguntar cuál es ese real, cuál es este  primer encuentro, que podamos asegurar,afirmar ,
detrás del fantasma.

Ese real, sentimos que a través de toda esta
observación, él ha....
               que arrastra con él al sujeto, y lo presiona (pres-sant),
...estado dirigiendo de tal modo su búsqueda que,
después de todo, podemos ahora preguntarnos si esta presión (pression),
si esta presencia, si ese deseo de Freud en
el análisis del Hombre de los Lobos, no es lo que, en
su enfermo, pudo condicionar el accidente tardío de su psicosis.

Así pues...
        los dijimos la vez pasada
....no hay lugar para confundir ni con el retorno a los signos, ni con la reproducción...
         modulación por la conducta de algo que,
         en cierta medida, no sería más que una rememoración actuada
.... no se trata de confundir esto con aquello de lo que se trata en el fondo 
en la repetición.

Algo nos es siempre velado en su verdadera
función, en su verdadera naturaleza -en el análisis- por
algo de lo que hay que decir que es una
debilidad en la conceptualización que han dado los
analistas, de la transferencia, identificándola, en cierto modo,
con la repetición.

Ahora bien, es este el punto precisamente, en que hay
que hacer la distinción. La relación con lo real del que se trata
en la transferencia, fue expresada por Freud así, dice él, que:

"nada puede ser aprehendido in effigie, in absentia" 

Y ¿acaso, la transferencia, no se nos presenta
como efigie y relación con la ausencia?

Esta ambigüedad de la realidad en causa en la transferencia,
no podremos llegar a aclararla sino a partir
de una introducción de aquello de lo que se trata en la función
de lo real acerca de la repetición.

Lo que se repite,
          en efecto, toda la experiencia
         del análisis nos los muestra
...es siempre algo cuya relación con la
τύχη [ tyché ] nos es designado siempre con la expresión
que imagineriza (imager) [1] mejor...


[1]  topsylac nota de traducción: "qui image le mieux", image, viene del verbo imager: llenar de imagenes, imagerie: conjunto de imágenes, imaginería.

      - eso ante lo cual, en todo momento, nos
          encontramos detenidos,
      - lo que nos retiene, y de ahí que eso
        venga en apariencia en la experiencia, no solamente
        del interior sino también del exterior
... lo que se produce "como por azar".

De lo que, nosotros, no nos dejamos....
        por principio, si puedo decirlo,
....nosotros los analistas, engañar nunca .

En todo caso, recalcamos siempre sobre el
control de esto: que no hay que caer en la trampa
cuando el sujeto nos dice que ese día sucedió algo
que le impidió realizar su voluntad,
esto es, venir a la sesión.

Esto nos indica que no hay que tomar
a pie juntillas la declaración del sujeto
que aquello de lo que se trata, eso con lo que precisamente,
siempre tratamos, es con este tropiezo, con ese traspié,
cuya presencia, cuya fórmula....
         la verán, y volveré a ella en todas las superficies (étages),
         no solamente los "defectos" de nuestra
         experiencia, sino la estructura misma  que
         damos a la formación del sujeto
...la encontraremos a cada momento como siendo
el modo -el modo de aprehensión por excelencia-
de lo que, para nosotros, controla esta suerte de descifrado
nuevo que hemos propuesto de las relaciones del sujeto
con todo lo que constituye su condición.

De esta función de la τύχη [ tyché ]...
        de lo real como encuentro, del encuentro en tanto que
        puede ser fallido (manquée), en tanto que esencialmente sería,
       "presencia" como "encuentro fallido"
... aquí lo que se presenta en primer lugar en la historia
del psicoanálisis bajo la primera forma....
           que ya basta por sí sola
           para despertar la atención
....la del traumatismo.   

¿No les parece notable que, en el origen....
         el acceso que fue el nuestro al comienzo
     de la experiencia analítica,
....lo real se haya presentado bajo la forma de lo que en sí
tiene de inasimilable, bajo la forma del trauma,
que determina todo lo que sigue, como algo
que impone en el desarrollo un origen en apariencia accidental?.

Por aquí, nos encontramos en el meollo de lo que puede
permitirnos comprender el carácter radicalesencial,
de la noción conflictiva que es introducida por
la oposición del principio del placer al principio de realidad.
Aquello por lo cual el principio de realidad no podría ser....
           para el progreso de su ascendiente,
....de ningún modo concebido como dando la última palabra,
envolviendo en su "solución" la dirección
indicada por la función del principio de placer.

En efecto, si el trauma es concebido como algo que ha de ser taponado
por la homeóstasis subjetivizante que orienta todo el
funcionamiento definido como principio de placer, resulta
que lo que nuestra experiencia nos plantea entonces como
problema, es justamente que es en su seno...
                 en el seno de los procesos primarios,
... que vemos conservada la insistencia a no dejarse olvidar por nosotros...
              en las formas motivadas por el principio del placer.
.... de ese trauma, que ahí reaparece, y reaparece a menudo
como figura revelada, y que nos plantea la cuestión:
 ¿Cómo, si el sueño es definido como manifestando el
deseo (voeu) -el Wunsch- portador del deseo del sujeto, si ese sueño
es así definido, cómo puede producir lo que
tan a menudo se presenta como haciendo resurgir
-y a repetición, si no su propio rostro, al menos la pantalla
detrás de la cual se indica aún el trauma?.

De este modo el sistema de la "realidad", por más que
se desarrolle, deja de alguna forma,  prisionera
una parte esencial de lo que es completamente
y con todo, a relacionar con lo real, parte esencial
como prisionera de las redes del proceso primario.

Es esto lo que tenemos que sondear, esta "realidad",
por así decir, que representa para nosotros - bajo
una forma mayor- esta presencia supuesta exigible
para que el desarrollo, el encadenamiento, la dislocación,
si se puede decir, de la teoría más reciente del análisis....
           la que una Melanie Klein, por ejemplo, nos
           presenta como dando el movimiento del desarrollo
... no sea reductible a lo que llamé
hace poco "la vida es un sueño".

No hay otro "sentido del sentido" concebible en
este registro que la exigencia de estos puntos particulares,
de algún modo radicales en lo real, que llamo
el "encuentro" y que nos hacen concebir la realidad
como unterlegt, untertragen o si quieren, lo que
en francés se traduciría con la palabra misma...
        en su soberbia ambigüedad en la lengua francesa
.... de "souffrance"[1] . La realidad es "en souffrance"
presentándose para nosotros en cierta forma como
lo que está "ahí, que espera"


[1] comentario de traducción: "souffrance" en francés significa sufrimiento y espera. "lettre en souffrance", es una carta que no ha llegado a su destino pero que ya salió del lugar de su destinatario. 

Y el Zuang, esta dificultad a la que estamos obligados,
dice Freud, quien lo define como la  Wiederholung [ repetición ],
este algo por donde nunca podemos más que
delimitar ese punto central donde ella dirige el rodeo
mismo del proceso primario.

Ese proceso primario, que no es otro que lo que
traté de definir para ustedes en las últimas
lecciones bajo la forma de "lo inconsciente",
Nos toca una vez más captarlo
en su experiencia de ruptura "entre percepción y consciencia",
les he dicho, en ese lugar, ese lugar intemporal y que fuerza
a lo que Freud llama "Fechner's Idee einer anderen Lokalität"[1]
que es otra localidad, otro espacio, otra escena.


[1] Gustav Theodor Fechner (1801-1887). Cf. Isabelle Dupéron : G. T. Fechner : Le parallélisme psychophysiologique, Puf 2000.

Este "entre percepción y consciencia", podemos en todo momento
captarlo. El otro día ¿no fui yo despertado,
de un corto sueño en que buscaba el reposo,
por algo que golpeaba a mi puerta ya antes de que me despertara?.

Con esos golpes apremiados, había ya formado un sueño,
un sueño que me manifestaba otra cosa que esos golpes.
y cuando me desperté, esos golpes, esta percepción,
si tomo consciencia de ella, es porque
en torno a ellos, reconstituí, re-ubiqué toda mi
representación, sé que estoy allí, a qué
hora me dormí, y lo que buscaba con
este sueño.

Cuando el ruido del golpe llega, no a mi
percepción sino a mi consciencia, es porque mi
consciencia se reconstituye alrededor de esta
representación, que sé que estoy bajo el golpe
del despertador, que estoy Knocked. (Knock)

Pero ahí, me toca interrogarme sobre lo que
soy en ese instante...
            si inmediatamente antes y si separado como estaba
            aquel donde comencé a soñar bajo ese golpe
            que es en apariencia lo que me despierta,
.... en ese momento, soy, que yo sepa, antes de que me
despierte, ese "no" expletivo[1] -llamado expletivo-



[1]    Expletivo: termino gramatical. Se dice de palabras inútiles en cuanto al sentido pero que sirven para llenar la frase. Partícula expletiva, palabra pequeña o parte de palabra que se agrega sin cambiar el sentido.
comentario de traducción: un ejemplo en español, del eso expletivo sería: "ello, no me espanta que él tema a esa mujer " -el referente de la palabra "ello" es el "que". Otro ejemplo sería: no me voy hasta que (no) me digan váyase. El (no) es expletivo, este ejemplo es semejante al del uso común en la lengua francesa.


del que ya en tal de mis escritos[1] señalaba el modo



[1]    Escritos: Subversión del sujeto y dialéctica del deseo, p. 800 (fr).
        Cf. Édouard Pichon y Jacques Damourette : De las palabras al pensamiento: Ensayo de gramática de la lengua francesa, Vrin 2000. (fr).

mismo de presencia de ese "yo soy" de antes del despertar.

No es punto expletivo, más bien es la expleción de mi impleancia
cada vez que tiene que manifestarse, que hace lo
que la lengua -la lengua francesa- define tan bien
en el acto de su empleo.

Digo "¿habrá usted terminado antes de que él no (sea que) venga?", pues cuando
(si) el viniera, usted no estaría ya aquí.

Eso a lo que los dirijo, es hacia la simetría...
     para lo cual somos solicitados
.... de la estructura que hace, luego del golpe del despertar,
que deba ubicarme, no poder sostenerme en apariencia,
sino como en esa relación con mi representación,
que en su transparencia no me hace sino consciente:
cual un reflejo, hasta cierto punto involutivo en ese sentido
en que en mi consciencia, es mi representación
que yo recobraba.

Pero justamente, ¿Eso es todo?

Y Freud nos ha dicho bastante que le sería necesario....
          lo que nunca hizo
.... volver sobre esta función de la consciencia.

Quizá veremos mejor esto de lo que se trata,
para atrapar lo que a pesar de todo está ahí, que justifica la
aparición de esta realidad representada, a saber
el fenómeno, la distancia, la abertura misma que
constituye el despertar.

Y no podemos, a pesar de todo más que
acentuarlo...
           en fin les doy tiempo a todos
           sea para leer, sea, lo esperaría,
           quizá también intervenir
.... la función que da en su capítulo VII, tan extrañamente,
Freud, a este sueño que les he descrito brevemente,
tan brevemente, por otra parte, como está en Freud.

Observen cómo, este sueño, hecho completamente sobre
el incidente, el ruido, que determina ese infortunado padre...
          que ha sido tomado, en la habitación vecina (voisi-ne) de
          aquella donde reposa su hijo muerto, algo de reposo,
          dejando al niño al cuidado, nos dice el texto,
          de un canoso (grison), de otro viejo
...quien, alcanzado, despertado, por algo que,
no solamente es la realidad....
            el  choque, el knocking de un ruido hecho para recordarle lo real
....pero que en su sueño, traduce justo la casi
identidad de lo que ocurre, a saber la realidad misma
de un cirio volcado y a punto de hacer fuego
en el lecho donde reposa este hijo.

Que aquí algo que parece poco designado
para confirmar lo que es la tesis de Freud en
la Traumdeutung, a saber que ¡el sueño es la realización de un deseo!

Vemos casi por primera vez en la
Traumdeutung, surgir aquí, lo que Freud da en apariencia
como una función segunda, a saber que el sueño aquí
no satisface sino la necesidad de prolongar el sueño.

¿Qué quiere decir Freud entonces, poniendo ahí - en este
lugar- y acentuando que ahí está en sí mismo [ ese sueño ]
la plena confirmación de todo lo que nos ha dicho del sueño?

Esto, que puede, a primera vista, parecernos tan
singularmente -digamos por lo menos- ambiguo.

Si la función del sueño es la de prolongar el dormir,
si el sueño, después de todo, puede abordar tan cercanamente la
realidad que propone, ¿acaso no podemos
decir, después de todo, que a esta realidad, podría
responderse sin salir del sueño?

Hay actividades sonámbulas después de todo.

Y aquello de lo que se trata, la cuestión...
      que el resto de todas las indicaciones precedentes de
      Freud nos permiten aquí producir
.....es:
      ¿qué despierta?
¿Acaso no es otra realidad,
la que en el sueño, Freud nos describe así:


Das Kind, daß an seinem Bett steht : que « el niño está cerca de su lecho », ihn am Arme faßt : « lo toma por el brazo » y « le murmura con un tono de reproche » : Vorwurfsvoll zuraunt, Vater, siehst du denn nicht : « Padre, ¿no ves -ne vois–tu pas-», daß ich verbrenne ? : « que ardo ? »

[ Nach einigen Stunden Schlafs träumt der Vater, daß das Kind an seinem Bette steht, ihn am Arme faßt und ihm vorwurfsvoll zuraunt : Vater, siehst du denn nicht, daß ich verbrenne ?  (VII. Zur Psychologie der Traumvorgänge)]


No hay más realidad en este mensaje
que en ese ruido por el cual el padre tan bien
identifica la extraña realidad...
                  sobre la cual volveremos en un momento
.... de lo que ocurre en la habitación vecina?

¿Acaso en estas palabras no pasa la realidad
fallida (manquée) que causó la muerte del niño?

¿Acaso Freud mismo nos dice que en
esta frase, hay que reconocer algo que,
para el padre, perpetúa esta frase,
estas palabras para siempre del niño muerto...
         y que le habrían sido dichas, supone él,
         "quizá a causa de la fiebre", pero quién sabe?
.... para él, perpetuada la cuestion, la angustia,
el remordimiento, de eso en que Freud puntúa la cuestion
que concierne a lo que, en el padre puede perpetuar el
deseo que también aquel a quien puso cerca del lecho de su
hijo para velar: el canoso, no estaría quizá
"a la altura de cumplir bien su tarea" Besorgnis// gewachsen, no estará,
quizá, a la medida, a la altura de su tarea.

Y en efecto, se durmió.


[ Vielleicht hatte selbst der Vater die Besorgnis mit in den Schlaf hinübergenommen,
  daß der greise Wächter seiner Aufgabe nicht gewachsen sein dürfte. ]


Esta referencia a la frase dicha a propósito de la fiebre
¿acaso no es también a este respecto....
                 a lo que en uno de mis últimos discursos
                 llamé "la causa de la fiebre"
... que ella se refiere?

Es que si aquí, tan urgente que se presenta,
la acción sea según toda probabilidad de prever
lo que pasa en la habitación vecina -quizá
también es sentida como "de todas maneras ahora muy tarde"
que se manifiesta en la frase pronunciada?

¿Es que el sueño proseguido no es esencialmente,
si puedo decir, el homenaje a la realidad fallida que
no puede hacerse más que repitiéndose indefinidamente
en un indefinidamente nunca alcanzado despertar?

Qué encuentro puede haber en adelante con este
ser para siempre inerte , incluso a ser devorado por las
llamas, si no aquel que ocurre justamente, donde
la llama por accidente, "como por azar", viene a incorporárselo?

Y cuál es la realidad en este accidente,
si no que repite algo en suma más inevitable,
por medio de la realidad, de una realidad en la que aquel que
estaba encargado de vigilar cerca del cuerpo permanece aún
dormido, incluso por otra parte, cuando el padre regresa después
de haberse despertado.

Así el encuentro, siempre fallido, ha pasado
entre el sueño y el despertar, entre aquel que duerme
aún y cuyo sueño no sabremos,
y aquel que no ha soñado sino para no despertar.

Si Freud se maravilla como confirmando la teoría
del deseo, es porque se trata de otra cosa
que de un fantasma colmando un deseo!

No es incluso que en el sueño se sostenga
que su hijo vive aún, sino más bien que esta visión
atroz designa un más allá que se hace escuchar allí.

Es que el deseo  se presentifica allí, de la pérdida
 ilustrada en su punto más cruel del objeto.

Es que solamente en el sueño se hace este encuentro realmente único,
       - después del cual el deseo no subsiste sino como duelo
       - después del cual, la realidad no tiene más sentido que el de
         la limpieza de la escoria.

Es que solamente un rito, un acto repetido,
puede conmemorar este encuentro inmemorable,
puesto que nadie puede decir lo que es
la muerte de un hijo sino el padre en tanto que padre,
es decir, ningún ser consciente.

Porque la verdadera fórmula del ateísmo no es que "Dios ha muerto"...
      e incluso fundando el origen de la función
      del padre sobre su asesinato, Freud protege al Padre
....la verdadera fórmula del ateísmo es que
"Dios es inconsciente"

"lo que sería quizá" hay que buscarlo,
verlo en la realidad antes del despertar.
El despertar nos muestra el despuntar de la consciencia del
sujeto en la representación de lo que ocurrió,
a saber el lamentable accidente de la realidad ante la cual
no tenemos más que remediarla.

Pero qué era entonces este accidente cuando todo el mundo duerme....
     -  aquel que quiso tomar un poco de descanso
        aquel que no pudo sostener la vela
     -  y aquel del que, sin duda, ante su lecho,
        alguien bien intencionado debió decir;
        "se diría que él duerme"?
 ... que era este accidente cuando sólo sabemos una cosa,
 es que en este mundo enteramente adormecido, sólo
la voz se hace escuchar: "Padre, ¿no ves que quemo?"

Esta frase misma es una antorcha: por sí sola
lleva el fuego allí donde cae, no se ve
lo que quema, porque la llama ciega a lo que se refiere,
en el unterlegt, sobre el  ὑποχείμενον [ upokeimenon ], pero no sobre lo real.

Y es entonces lo que nos lleva a reconocer
en esta frase.....
          en esta pieza arrancada del padre en su sufrimiento (souffrance),
.... el reverso de lo que sera -despertado- su consciencia,
llevándonos a preguntarnos lo que es correlativo,
en el sueño, de la representación.

A lo que se enfrenta en ese momento es tanto
más sorprendente cuanto que aquí lo vemos en verdad
como el reverso de la representación:
esa es la imaginería del sueño, es lo que nos impone
designar allí, lo que Freud cuando habla de
lo inconsciente, designa como lo que lo determina
esencialmente, el  Vorstellungsrepräsentanz, lo que quiere decir,
no como se lo ha traducido de modo borroso, el
representante representativo, sino el " lugarteniente de la representación".
Veremos su función a continuación más esencialmente.

Volvamos ahora a nuestro camino.
Si he logrado hacerles percibir aquello que
del encuentro para siempre fallido es aquí nodal
y sustenta realmente lo que en el texto  de Freud,
lo que le parece en ese sueño ser absolutamente ejemplar:
ese punto del lugar de lo real que va del trauma al fantasma...

en tanto que el fantasma no es más que la pantalla que lo disimula 
algo absolutamente primera, determinante
en la función de la repetición:
         -  he aquí lo que él nos hace notar,
         -   he aquí aquello a lo que nos toca volver,
         -  he aquí, en el resto, lo que, nos explica a la
             vez la ambigüedad de la función del despertar y de
             la función de lo real en este despertar,

Lo real puede representarse por el accidente, el  ruidito,
el poco de realidad[1]  que testimonia que no soñamos.



[1]  Cf. Seminario El Objeto... sesión del 08-06-1966 : «…apoderándome de un término del que creo saben el orígen de André Breton »
(Cf. André Breton, Introduction au discours sur le peu de réalité, in Œuvres complètes, volume II, Paris, Gallimard, Pléiade, 1992, p.265-80.

Pero de otra parte, esta realidad no es poca (peu) 
porque lo que nos despierta es la otra realidad oculta detrás de 
la falta de lo que tiene lugar en la representación.

" Es el Trieb" nos dice Freud, pero atención,
 no hemos dicho aún qué es ese Trieb.      
Y si -a falta de representación- no es ahí que
se da, ese Trieb  en cuestión, podemos tener
que considerarlo como no siendo sino Trieb a venir.

Y este despertar, cómo no ver que es en doble
sentido, que este despertar que nos restituye a una realidad
constituida y representada, se redobla, hace doble
empleo de lo que designa:

      -  que es más allá del sueño que
         vamos a buscarla,
       -  que es en lo que el sueño cubrió
           envolvió:
[ esquema sesión 13-O5-64 ]

nos ha ocultado detrás de la falta de la representación
de la que no hay sino un lugarteniente,
- que es hacia esto que somos llevados,
-  y que el psicoanálisis nos designa que es un real
que determina más que nada nuestras actividades.

Así es como podemos ver que Freud resulta aportar
la solución a lo que, para el más agudo de los
cuestionadores del alma antes que él: Kierkegaard[1]   se



[1]    Søren Kierkegaard : « La répétition », in Œuvres complètes, vol. 5, pp. 3- 96, éd. de L’Orante, 1972
                                       ou « La reprise », Flammarion, 1990, Coll. G. F. Littérature étrangère.
                                       ou « La reprise », Laffont 1993, Coll. Bouquins. 

 había ya centrado en la forma de la pregunta
alrededor de La repetición.

los invito a releer ese texto que deslumbra
de ligereza y juego irónico, texto verdaderamente
mozartiano en su modo donjuanesco de anular
los espejismos del amor.

Esa lucidez de los afectos, la cual, sin
replica posible, es acentuada con lo que en el
joven del que nos pinta el retrato a la vez
conmovedor e irrisorio, ese joven no se dirige sino
a sí mismo, por intermedio de la memoria.

Realmente no hay ahí un eco más profundo
de la fórmula fe Rouchefoucauld según la cual:


"¿Cuán poco experimentarían el amor si no se les hubiese 

 explicado de los modos y caminos; las fórmulas?" 


Sí, ¿pero quien comenzó? y ¿no comienza todo
esencialmente en el engaño?

A quien se dirigía el primero qui, diciendo sobre
el encantamiento del amor, hizo pasar este
encantamiento por exaltación del otro,
haciéndose prisionero de esta exaltación
hasta su desaliento, aquel que con el ofrecimiento
creo la demanda más falsa, la de
la satisfacción narcisista, cualquiera sea ella,
del ideal del yo o del yo que se toma por el ideal?

No más que en Kirkegaard, no se trata en
Freud en cuanto a la re-petición, de ninguna repetición que
se asocie en lo natural, de ningún retorno de la necesidad.
el retorno de la necesidad apunta al consumo puesto
al servicio del apetito. La repetición demanda de nuevo.
Gira hacia lo lúdico que hace de eso nuevo
su dimensión, y esto, Freud nos lo dice también
en el texto del capítulo del que les di
la referencia la vez pasada.

Todo lo que, en la repetición, se varía, se modula,
no es más que alienación de su esencia. El adulto -incluso
el niño más avanzado- exige en sus actividades,
ese juego, lo nuevo.

Pero -Freud lo designa- esto no es más que el
deslizamiento de lo que da el verdadero secreto de lo lúdico,
deslizamiento de una diversidad más radical que es
aquella misma que constituye la repetición en sí misma.

a saber, la que en el niño, en su primer
movimiento, en el momento en que se forma, donde se forma
como ser humano, se manifiesta en él como
exigencia que el cuento sea siempre el mismo, que su
realización recontada sea ritualizada,  es decir
textualmente la misma.

Y este punto entonces, como dibujando una consistencia
distinta de los detalles de su relato, un significante de
devolución, en la realización del significante que no podrá
nunca ser suficientemente cuidadosa en su memorización para
alcanzar a designar la primacía de la significancia
como tal y es entonces evadirse desarrollarla variando las significaciones.

Por supuesto esta variación hace olvidar la meta de
la significancia transformando su acto en juego,
y proporcionándole descargas placenteras con respecto
al principio del placer.

Pero esta repetición puede entonces ser captada por Freud
en el juego de su nieto como el fort-da reiterado ante
la desaparición de la madre. Freud puede entonces señalar
que (el niño) está  taponando su efecto -de la desaparición de la madre- haciéndose el agente de ésta desaparición.
Resulta que el fenómeno es correlativo de lo que
nos señala Wallon, a saber: que no es más que secundario.

Tanto, que éste supervisa la puerta,
vigila la puerta por donde ha salido su mamá,
señalando así que se espera volverla a ver ahí, pero que
antes, -antes de esta fase- es al punto mismo en que ella
lo ha dejado, al punto junto a él en que ella lo ha abandonado
al que él vigila, al que la hiancia (béance) introducida
por la ausencia dibujada está entonces siempre abierta
y sigue siendo causa de un trazado centrífugo donde lo que cae,
no es el otro como figura donde se
proyecta el sujeto sino este carretel...
           unido a él por un hilo solamente
...donde se expresa lo que de él se desprende en esta experiencia,
la auto-mutilación a partir de la cual, el orden
de la significancia va a ponerse en perspectiva.

Porque el juego del carretel es la respuesta del sujeto a lo que
la ausencia de la madre vino a crear en la
frontera de su dominio, es decir: en el borde de su
cuna, a saber, una fosa alrededor de la cual sólo tiene
que hacer el juego del salto: este carretel, no es
la madre reducida a esta bolita...
           por no sé que juego, digno de Jibaros
...es un trocito del sujeto que se desprende
todo y estando aún unido a él.

Y entonces se debe decir...
           como dijo Aristóteles: que "el hombre piensa con su alma"[1]



[1]    Aristote : De l’âme,I, 4, 408b, Belles Lettres, 2002. « Pero sostener que es el alma la que se indigna, viene a decir de nuevo, que es el alma la que teje una tela, o que construye una casa. Sería mejor quizá decir, no que es el alma la que tiene piedad, que enseña o que piensa, sino más bien que es el hombre quien hace todo esto con su alma. »
topsylac: ver tratado del alma aquí en francés, pdf en español..


...que es con ésta que salta las fronteras
de éste ámbito ahora transformado en  […] (pozo)
que comienza, alrededor, el encantamiento.

Porque si es verdad decir que el significante es la
primera marca del sujeto, cómo no aplicar
en este caso y por el sólo hecho de que este juego va acompañado de una de las
primeras (oposiciones) en aparecer, de las oposiciones fonemáticas,
escandiendo su acto involutivo....
                es decir, con alternancias restitutivas
...cómo no reconocer que...
           eso en lo que esta oposición se aplica en acto
....es allí  que debemos designar al sujeto.
Sobre todo en el carretel al que ulteriormente,
daremos su nombre de algebra lacaniana bajo el término de (a).

De esto resulta que el conjunto de la atividad
simboliza la repetición, no en lo absoluto de una necesidad
que llamaría el regreso de la madre y que se
manifestaría simplemente por el grito, sino desde
su comienzo como causa de una Spaltung en el sujeto,
la que supera una alternativa que es un vel
fort-da que es un "acá o allá" y que no contempla en su
alternancia sino de ser fort de un da y da de un fort.

Pero lo que contempla es lo que esencialmente
no está allí como termino representado, porque es
el juego lo que es el Repräsentanz de la  Vorstellung.             .
¿En qué se convertirá la Vorstellung cuando ese Repräsentanz de la madre
de nuevo...
         en su dibujo marcado por las pinceladas,
         de las las aguadas del deseo?,
....¿el Vorstellungsrepräsentanz fallará?


"Yo vi, también yo, vi con mis ojos abiertos por la adivinación materna, cómo, el niño traumatizado por mi partida, a pesar de un llamado precozmente esbozado con la voz y en adelante más renovado por meses enteros, yo vi mucho tiempo después, aún, cuando tomaba a este mismo niño entre mis brazos, lo vi reposar su cabeza sobre mi hombro para caer en el sueño único capaz de devolverle el acceso al significante viviente que yo era desde la fecha del trauma"  [1]



[1]    André Gide : « Les faux monnayeurs », conversation entre La Pérouse et Édouard.



Este dibujo que hoy les he dado de
la función de la  τύχη [ tyché ], verán que
nos será esencial para interpretar, para dirigir,
para rectificar, lo que es el deber del analista
en la interpretación de la transferencia.

Que me baste con acentuar hoy, que no es
en vano que el análisis se formule como modulando
de una forma más radical, esa relación del hombre
con el mundo que por mucho tiempo se tomó como "conocimiento".

Si tan a menudo se encuentra en los escritos teóricos,
referido a no se sabe qué, que se descubriría como
análogo a la relación de la ontogénesis con la filogénesis,
que no nos equivoquemos ahí:
es por una confusión.

Y la ontogénesis psicológica, mostraremos la
próxima vez que toda la originalidad del análisis
es centrarla, no en estas pretendidas etapas
que no tienen literalmente ningún fundamento localizable
en el desarrollo observable en términos biológicos.

Si ese desarrollo se anima enteramente en el
accidente, en el obstáculo, en la τύχη [ tyché ] […]
es en la medida...
             y es lo que querría señalar hoy
... en que la  τύχη [ tyché y lo que ella contempla noa lleva
al mismo punto en el que la filosofía pre-socrática buscaba justificar al mundo mismo.

Necesitaba en alguna parte, un clinamen[1] y Demócrito....


[1]    Clinamen : Término de filosofía. La declinación de los átomos, en el sistema de Epicuro. Etimología: inclinación, desviación, de-clinare, inclinarse. 

       cuando intenta designarlo, planteándose ya como
       adversario de una pura función de negatividad
....para introducir allí el pensamiento, nos dice:
"No es el  μηδεν meden ] que es esencial"... 

Y mostrando que, desde el principio...
       desde el origen de lo que uno de nuestros alumnos llamaba
       la etapa arcaica de la filosofía
.... los juegos de palabras, la manipulación de las palabras era
utilizada al igual que en el tiempo de Heidegger:

"No es un μηδέν [ meden : cero, es un δεν [ den : sin]"
   
Lo que, como lo saben, en griego es una palabra forjada.
No dijo ἕν [ en  : un ] por no hablar de ὄν [ on :
pronombre posesuvo : su ], él dijo ¿Qué?

él dijo, respondiendo a la pregunta que es la nuestra,
la del idealismo:
"nada ¿quizá?"
él no respondió:
"quizá nada"
pero no  [tampoco]:


"nada"


clase seis versión STAFERLA
clase cinco versión JAM