El burgués gentilhombre (Le Bourgeois gentilhomme)
El burgués gentilhombre (Le Bourgeois gentilhomme, en
francés) es una comedia-ballet de Molière en cinco actos y en prosa, estrenada
por la compañía de Molière el 14 de octubre de 1670 en la corte de Luis XIV en
el Castillo de Chambord.
La música es de Jean-Baptiste Lully, la coreografía de Pierre Beauchamp y los decorados de Carlo Vigarani.
La música es de Jean-Baptiste Lully, la coreografía de Pierre Beauchamp y los decorados de Carlo Vigarani.
Monsieur Jourdain es un hombre de 40 años, bastante ridículo
debido a su candidez e ingenuidad.
Su padre se había enriquecido con su oficio de trapero de modo que le pudo dar la condición de burgués. Éste pretende adquirir los modales de los aristócratas que frecuentan la corte, para así llegar a ser un hombre distinguido, noble y de alto rango como sus ídolos.
Invita a gente distinguida, dioses para él, a cenar en su casa, dándoles grandes banquetes y favores con la esperanza de que le den a cambio algún reconocimiento, lo cual sería un inmenso honor para él.
También se dedica a aprender todo aquello que le parece indispensable: el manejo de las armas, el baile, la música, la filosofía, etc; pero sin interesarle de veras, sino únicamente para imitar lo mejor posible a un elegante y distinguido noble.
Debido a esto, sus maestros hablan desdeñosamente de este «nuevo e ignorante burgués que no aprecia el arte», pero que al menos entrega una generosa remuneración.
Su padre se había enriquecido con su oficio de trapero de modo que le pudo dar la condición de burgués. Éste pretende adquirir los modales de los aristócratas que frecuentan la corte, para así llegar a ser un hombre distinguido, noble y de alto rango como sus ídolos.
Invita a gente distinguida, dioses para él, a cenar en su casa, dándoles grandes banquetes y favores con la esperanza de que le den a cambio algún reconocimiento, lo cual sería un inmenso honor para él.
También se dedica a aprender todo aquello que le parece indispensable: el manejo de las armas, el baile, la música, la filosofía, etc; pero sin interesarle de veras, sino únicamente para imitar lo mejor posible a un elegante y distinguido noble.
Debido a esto, sus maestros hablan desdeñosamente de este «nuevo e ignorante burgués que no aprecia el arte», pero que al menos entrega una generosa remuneración.
En la imagen,
Monsieur Jourdain y Nicolasa.
Grabado de Jean-Michel Moreau.
Monsieur Jourdain y Nicolasa.
Grabado de Jean-Michel Moreau.
Madame Jourdain y su sirvienta Nicole, por otro lado, saben que no se pueden adquirir los conocimientos necesarios para actuar como noble de la noche a la mañana, y reprochan a Monsieur Jourdain constantemente sus deseos y todas las parafernalias que realiza sólo para sentirse parte de los hombres distinguidos y jactarse por ello en cuanto se da la ocasión.
Monsieur Jourdain entabla relaciones con el conde Dorante,
un noble arruinado, que se aprovecha de las mismas para conseguir dinero,
estafándolo constantemente al pedirle millonarias sumas, a las cuáles M.
Jourdain accede ciegamente, dado que cree en la palabra de su «amigo» quien, a
cambio, «habla sobre él en presencia del rey y sus cortesanos».
M. Jourdain sueña con volverse a casar, puesto que se ha
enamorado de una marquesa llamada Dorimena (que no tiene idea de que éste
existe), y para darle a conocer su amor le envía carísimos agasajos a través de
Dorante, dado que la conoce.
El traidor de Dorante, aprovechándose de la situación, le hace creer a Dorimena que son de parte suya, de tal modo que Dorimena acaba enamorándose de él. Tanto es así, que decide que se casen a la mayor brevedad para que no le siga dando esos lujosos obsequios.
Toda esta infidelidad transcurre a espaldas de M. Jourdain, que piensa estar consiguiendo su añorado sueño y engañando a su mujer.
El traidor de Dorante, aprovechándose de la situación, le hace creer a Dorimena que son de parte suya, de tal modo que Dorimena acaba enamorándose de él. Tanto es así, que decide que se casen a la mayor brevedad para que no le siga dando esos lujosos obsequios.
Toda esta infidelidad transcurre a espaldas de M. Jourdain, que piensa estar consiguiendo su añorado sueño y engañando a su mujer.
Madame Jourdain, por su cuenta, ya harta e indiferente a las
locuras de su marido, planea casar a su hija Lucila con un buen y gentilhombre
que de verdad la ame, seleccionando, por ser de su agrado y el predilecto por
su hija, a Cleonte. Éste, tomando con mucho agrado la petición de Mme. Jourdain,
pide la mano de Lucila a M. Jourdain. Sin embargo éste sólo quiere a un noble
por yerno.
Trascurrido este hecho, la enamorada Lucila se niega a
casarse con ningún otro hombre que no sea su amado Cleonte. No obstante cuando
el asunto parecía haber terminado ahí, Covielle, el lacayo del abatido y
resignado Cleonte, tras haber observado y analizado la domable personalidad de
M. Jourdain, tiene la brillante idea de seguirle el cuento a éste sobre su
supuesta condición de noble, representando una simple y predecible farsa, pero
lo suficientemente creíble como para persuadir al ignorante burgués.
Para llevar a cabo esto, Covielle consigue disfraces y actores y se hace pasar por un gran viajero, que había tenido el honor de haber conocido y ser un viejo amigo de su padre, un «gran caballero perteneciente a la nobleza», con lo que interesó de sobremanera al ingenuo burgués.
El Gran Turco, un líder monárquico muy grande, se encontraba en esa zona. Él lo había ido a visitar y se encontró con la noticia de que el hijo del Gran Turco (Cleonte) había divisado a la hija de M. Jourdain, Lucila, enamorándose de ella a primera vista y pidiendo desesperadamente casarse con ella, por lo que Covielle cumplía la función de intérprete que venía para preparar la «real ceremonia».
Pero antes M. Jourdain debía someterse a una ceremonia turca para su integración a la religión musulmana, que será realizada por un Muftí, y con esto darle mayor credibilidad a la farsa al mismo tiempo que se complace al burgués.
Se realiza la falsa pero muy creíble y seria ceremonia para el burgués, nombrándolo «mamamuquí», una supuesta condición de más alta nobleza. Se procede al casamiento, para lo que se hace llamar al Notario.
Para llevar a cabo esto, Covielle consigue disfraces y actores y se hace pasar por un gran viajero, que había tenido el honor de haber conocido y ser un viejo amigo de su padre, un «gran caballero perteneciente a la nobleza», con lo que interesó de sobremanera al ingenuo burgués.
El Gran Turco, un líder monárquico muy grande, se encontraba en esa zona. Él lo había ido a visitar y se encontró con la noticia de que el hijo del Gran Turco (Cleonte) había divisado a la hija de M. Jourdain, Lucila, enamorándose de ella a primera vista y pidiendo desesperadamente casarse con ella, por lo que Covielle cumplía la función de intérprete que venía para preparar la «real ceremonia».
Pero antes M. Jourdain debía someterse a una ceremonia turca para su integración a la religión musulmana, que será realizada por un Muftí, y con esto darle mayor credibilidad a la farsa al mismo tiempo que se complace al burgués.
Se realiza la falsa pero muy creíble y seria ceremonia para el burgués, nombrándolo «mamamuquí», una supuesta condición de más alta nobleza. Se procede al casamiento, para lo que se hace llamar al Notario.
Lucila y Mme. Jourdain se oponen obstinadamente, pero
enseguida ven al «hijo del gran turco» y reconocen en él al buen Cleonte
disfrazado, de modo que inmediatamente se suman a la ingeniosa farsa.
Aprovechándose de la situación, Dorante le informa a M. Jourdain que se casará con Dorimena para así no levantar sospechas en Mme. Jourdain sobre el exitoso engaño, que M. Jourdain aun creía estar realizándole a su mujer.
M. Jourdain no puede creer la suerte que tiene y que todos le den la razón finalmente, por lo que sumergido en su júbilo, le otorga al intérprete del Gran Turco (Cleonte) la mano de Lucila, y a su esposa a quien le apetezca.
Aprovechándose de la situación, Dorante le informa a M. Jourdain que se casará con Dorimena para así no levantar sospechas en Mme. Jourdain sobre el exitoso engaño, que M. Jourdain aun creía estar realizándole a su mujer.
M. Jourdain no puede creer la suerte que tiene y que todos le den la razón finalmente, por lo que sumergido en su júbilo, le otorga al intérprete del Gran Turco (Cleonte) la mano de Lucila, y a su esposa a quien le apetezca.
En suma, M. Jourdain está convencido de haber alcanzado la
más alta nobleza, la cual deseaba a toda costa, ya sea imitando todas las
ridículas parafernalias de sus excelsos «dioses» nobles o consiguiéndolo por
otros mezquinos medios.
Todo el que lo rodeaba se aprovechó de su ingenuidad, siguiéndole el juego y así consiguiendo sus fines a sus expensas.
Todo el que lo rodeaba se aprovechó de su ingenuidad, siguiéndole el juego y así consiguiendo sus fines a sus expensas.
Esta obra comedia-ballet finaliza con un estrepitoso y
desordenado bullicio de un baile entre provincianos de varias naciones.
Una obra maestra en su género
Esta obra reproduce el género de la comedia-ballet a la
perfección y es, en sí misma, una de las obras maestras del género en la que se
aúnan los mejores comediantes y músicos de su tiempo.
Responde al gusto de la época respecto a lo que se denominó las turqueries, el Imperio otomano era, por aquél entonces, motivo de preocupación universal con el que trataban de familiarizarse.
El origen de la obra viene dado por el escándalo provocado por el embajador turco Suleyman Aga (nota 1) quien, después de su visita a la corte de Luis XIV en 1669 afirmó la superioridad de la corte otomana frente a la del Rey Sol.
Responde al gusto de la época respecto a lo que se denominó las turqueries, el Imperio otomano era, por aquél entonces, motivo de preocupación universal con el que trataban de familiarizarse.
El origen de la obra viene dado por el escándalo provocado por el embajador turco Suleyman Aga (nota 1) quien, después de su visita a la corte de Luis XIV en 1669 afirmó la superioridad de la corte otomana frente a la del Rey Sol.
Los comentarios turcos de la obra han desaparecido en las
representaciones posteriores. En 2004, el músico Vincent Dumestre, el director
de teatro Benjamín Lazar y la coreógrafa Cécile Roussat decidieron representar
una versión íntegra de la obra, con los diálogos originales restituidos y con
los ballets de Beauchamp y la música de Lully.
En su momento, el propio Molière, representó el papel de
Monsieur Jourdain, llevaba un traje de vivos colores, adornado con puntillas
plateadas y plumas multicolores; André Hubert, travestido, representaba a
Madame Jourdain; Mme. de Brie era Dorimène; Armande Béjart hacía el papel de
Lucile, mientras que Lully era el mufti durante la ceremonia turca del cuarto
acto.
Le Bourgeois gentilhomme jardin Shakespeare
nota 1
Suleiman Aga, también Soleiman Agha o Müteferrika Süleyman Ağa, era embajador del imperio de otomano ante el rey francés Louis XIV de 1669. Suleiman visitó Versalles, pero usó solamente una capa simple de lanas y rechazó hacer la venia a Louis XIV. Por lo que le fue prohibido por éste estar en parís y se le dió la orden de estar lejos de Versalles. En París, Suleiman fijó una casa hermosa en donde ofreció del café que él bebía, a la sociedad parisiense, con camareros vestidos al estilo otomano, teniendo por efecto respuestas entusiástas a tal punto que comenzó el estilo de las gentes de beber café.
buena semana tengan.Suleiman Aga, también Soleiman Agha o Müteferrika Süleyman Ağa, era embajador del imperio de otomano ante el rey francés Louis XIV de 1669. Suleiman visitó Versalles, pero usó solamente una capa simple de lanas y rechazó hacer la venia a Louis XIV. Por lo que le fue prohibido por éste estar en parís y se le dió la orden de estar lejos de Versalles. En París, Suleiman fijó una casa hermosa en donde ofreció del café que él bebía, a la sociedad parisiense, con camareros vestidos al estilo otomano, teniendo por efecto respuestas entusiástas a tal punto que comenzó el estilo de las gentes de beber café.
La alianza franco otomana no obstante, se había establecido con el rey de Francia François I y Soliman el Magnífico en 1536 (ambos en la pintura reakuzada oir Titien). Ha sido catalogada esta alianza como la primera, diplomática, no ideológica de este género, entre un impero cristiano y uno no cristiano. Causa no obstante en el mundo cristiano una revuelta y es catalogada como una "alianza impia" o "unión sacrílega de la flor de liz -símbolo cristiano del imperio bizantino y de los reinos lombardos y francos, etc. y la media luna, simbolo musulmán hoy en día, pero utilizado por diversas culturas y cultos asiáticos, desde el 2300 avJC.
Como sea que se la criticara o no, esta alianza duró más de dos siglos -hasta la invasión que hiciera Napoleón en 1789 a un territorio otomano-, y fue fructífera en las relaciones francia-asia...
esta obra nos envía....
al análisis
y a analizar el yo ideal y sus fantasmas....
hasta el encuentro con
el reconocimiento del deseo, en lugar
del deseo de reconocimiento....!!!
à bientôt